lunes, 4 de febrero de 2013

Las polémicas lechugas


Fitschool se propone con una visión “alfa-omega”, un punto donde convergen todos los puntos diría el buen Jorge Luis Borges. En términos más cotidianos – y ciertamente, menos pretenciosos –, vemos una gran sinergia de temáticas que develan más y más conexiones… más y más posibilidades… más y más significados…
Hace unos días, el Centro para la Prevención y Control de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), publicó un reporte que confirma la importancia del Proyecto Green Fingers.

El mencionado estudio, que investiga a detalle las fuentes de enfermedades por alimentos contaminados, cubre 10 años: 1998-2008. Y lo que sorprende ha sido el papel sobresaliente de frutas y verduras. Particularmente, los vegetales de hoja verde, tales como lechugas, espinacas y acelgas.

Por una parte, los cultivos a tierra, aunque sean regados con agua de pozo u otra fuente limpia, si están a desnivel en relación a zonas de pastoreo, se ven contaminados por las heces de ganado, portadoras de E. colli y Listeria, conducentes ambos a cuadros infecciosos bastante serios.

Otras probables fuentes de contaminación de las hojas verdes se debe al norovirus, misma que ocurre en restaurantes o cocinas, donde la falta de higiene del personal es otro factor a considerar.

En la nota publicada por la CBS, se reportan cifras muy interesantes: “Cada año, uno de seis estadounidenses – o 48 millones de personas – se enferma por alimentos contaminados. Ello implica 128 mil hospitalizaciones y tres mil muertes. Los que enferman por hojas verdes, aunque puede ser de gravedad, generalmente no llegan a desenlace fatal.

“De los que mueren, la mayoría es por pollo y pavo contaminados. Los lácteos y huevo también son mencionados en el estudio por su elevado nivel de contaminación, mientras que la carne de res mostró una mejoría con respecto a estudios previos al de 1998.

“Una de cinco enfermedades fueron vinculadas a los vegetales de hoja verde – más que cualquier otro tipo de alimento . Y casi la mitad de todos los casos de enfermedad por alimentos contaminados se atribuyeron a productos agrícolas en general, cuando otros frutos y vegetales se agregaron a los mencionados de hoja verde.”

El reporte del CDC apunta a nuevas políticas y reglamentos en cuanto al cultivo y manejo de los vegetales, e invita al público en general a no dejar de consumir lechugas y espinacas, solicitando al consumidor lavar y cocer totalmente los productos.

¿A quien le gusta le lechuga hervida o sofrita? Ja ja ja …

El lado amable de la nota nos lleva al Proyecto GreenFingers. Con el correr de los años, hemos demostrado a alumnos y padres de familia que cultivar lechugas, acelgas, espinacas – entre otras muchas variedades – en macetas, donde uno controla los fertilizantes, abono y calidad del agua, es una realidad viable y asequible a todos.

Hace unos días, una nota de la BBC especulaba sobre las posibles oficinas del futuro. En uno de los escenarios imaginarios, los empleados completaban su almuerzo con las lechugas cultivadas en las paredes verdes de su edificio.
Y soñando en grande, no sólo los lugares de trabajo, sino los hogares, las unidades habitacionales, los condominios, los parques... en todos los espacios humanos podemos tener huertos, techos o paredes verdes comestibles. 
Ir a cosechar la lechuguita y los tomatitos del día es una realidad eco-sustentable, financieramente asequible, y muy sana.

¿Pues quién podría afirmar que una dieta sana puede prescindir de las ensaladas? Todavía no conozco al botarate que diga tal barbaridad.

Cristina Pruneda

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